lunes, 15 de octubre de 2007


El se revela observando, en silencio absoluto, la danza hermosa de ella bajo la luz intermitente de un boliche rabioso. Su orgullo reprimía como una represa sus ganas incontrolables de besarla hasta devorarla. Ella coquetea con las luces y los latidos de los parlantes y por que no, de su corazón indómito.
Es extraño pensarla suya, él esta convencido de que ella nunca quería serlo. A este punto de su historia él pensaba que tal vez esas miradas, esas palabras, que llegan hasta el límite pero no lo cruzan, tal vez no existieron. ¿Las habrá imaginado? Para él, para sus ansias, para esa noche este ritual, él piensa que no. Es su única salida, para no avanzarse sobre ella y pedirle explicación y mostrarle su mugrienta conciencia.
La multitud alborotada y rebotante, lo mostraba es su lado más sincero: la soledad. Entre luces entrecortadas, se muestra entre flashes su figura solemne, acompañada de un trago un poco olvidado pero expendedor de coraje. Y ella, baila, baila como si estuviera sola y nadie la estuviera mirando, se endereza, se retuerce, se regenera.
Él, un tipo moderado, nunca en toda su vida ha puesto el pecho a las balas calientes de una mujer. Nunca. Y nunca lo haría, esa era la diferencia entre un gil y un ganador. Probablemente fuera así, pero ahora todos lo creían solitario, incluso resentido.
Ella, un intrusa, siempre entrometiéndose en lugares ocultos, donde él esta sólo, sólo consigo mismo, sólo ahora con ella. En esos instantes de trances entre el sueño y la vigilia, entre la realidad y las ficciones de su mente, ahí aparece ella. Ella, en sus palabras, en sus defectos, sus rasgos físicos que desea y esos rasgos que le desagradas, pero ella en fin, ninfa imperfecta, real, pero ninfa en fin.
Ella lo ve y abandona su danza primitiva, y se acerca ahora, pantera, entre los flashes, él permite a sus ojos deleitarse brevemente con su virtual, y no puede evitar imaginar que cuando esté a 20 centímetros de su boca la tomará y la besará hasta devorarla. Hierve pensando en el intercambio de jugos tibios y savias.
Ella, esquiva obstáculo humanos en ese escenario selvático. Ahora ella esta a 20 centímetro, pero su barreras están más altas aún. Ella lo saluda y él petrificado, siente la represa a punto mostrar la grieta. Él le pasa el trago del coraje y ella sólo lo toma, sintiendo una frustración de que querer ser besada. Pero esos ojos jamás le robarán su preciada libertad.
“Si no venía yo…” Rumorea ella en su oído. El mareado piensa en las palabras y las miradas límites y sabe, ahora, que no fueron imaginadas, que salieron de esa boca. Esa boca que cuando le habla lo agarra suavemente del brazo para escalar hasta su oído. Él se queda en silencio y ella siente el pecho apretado, no tiene sentido, esperar la grieta. Grita se regenera en cada uno de sus respiros. Ella dice chau y sigue caminado. Él abandona la posición solemne y se da vuelta y la toma suavemente del brazo, quiero abrazarla, quiere besarla, tocarla, llorarle su agua estancada y podrida. E ir a tragar su savia a un lugar sin flashes y tambores. Ella, esperanzada, se da vuelta y lo mira con ojos brillantes de lágrimas frutadas al borde del naufragio.
“Yo te abandoné” murmura.
“Ya lo sé” dice ella, con vos suave y triste.

Ahora su ego y coraje le reintegran la seguridad de ser pilar inquebrantable y se reconforta en la seguridad de que jamás caerá en las artimañas de mujeres cualquiera que se sienten especiales.
La ninfa, ha perdido. No ha logrardo burlarlo, pero ella no quería hacerlo. Y él, tras un orgasmo de orgullo, camina manso hacia la salida dejando a la ninfa y a la represa en otra dimensión.

El pudo burlarla y ella naufragara triste y calma. Se disuelve otra vez en el ritual de flashes y tambores. Se da regreso, de nuevo, a su mundo de corrientes marítimas y espuma de mar.

viernes, 12 de octubre de 2007

El suicidio







Sr ¿Cómo le va? AH…nos abandona antes de tiempo. Usted tiene fecha de check out en el 2025 o me equivoco. Bueno, como usted prefiera, la institución le agradecería si usted recibiera nuestras recomendaciones sobre otros hospedajes. Bueno, como usted prefiera. Pero recuerde, que el depósito bancario no es reembolsable eh?. Bueno, le preparo la cuenta entonces. Esto es suyo y le dejo un tarjeta y bueno…que buena suerte en el vieje. Y que dios se apiade de su alma.

Micro relatos hoteleros


San Pedro, el recepcionista

Le preparo la cuenta? Como no, tome asiento por favor, y ¿disfruto su estadía?
Si, casi toda.
Me alegro. ¿Qué fue lo que más le gusto?
Y…la infancia me parece.
Me alegro.
Aquí tiene, esto es suyo, le dejo una tarjeta y bueno, muchas gracias por visitarnos, nos vemos el paraíso.


martes, 2 de octubre de 2007

chispazos


No he escrito nada en una semana, me he sentado relajada delante del teclado, de la hoja en blanco, en pensado en las cosas de la vida que me absuelven de ser brillante, y también he pensado que esas que me harían serlo. Nada, solo líneas vacías, sólo palabras, no ideas. Pensándolo bien, la escritura no son palabras, ser escritora no es saber poner palabras en algún lado, ser escritora es formular ideas. Ideas que hoy no tengo.
Imagino que me rodea un campo magnético de esos que una no ve, pero que existen, y las ideas vienen volando de ese lugar de donde usualmente descienden (no será el tan platónico mundo de las ideas?) y este campo magnético hace de escudo protector de genialidad, y esos chispazos de locura rebotan. El chispazo rebota y se dirige a la cabeza más cercana.
Me imagino a mi vecino que probablemente este durmiendo en este momento (debido a la alta hora en que la articulo estos pensamiento) soñando tal vez en su cama, boca abajo, apoyando su peso sobre un colchón suave y familiar, sonriendo, pensando él entonces ideas que debería haber sido mías. En sueños debe sonreír con las disparatadas, de asustarse con las más lubres y debe inquietarse con las mundanas. Ojalá mañana las recuerde.
Pero talvez… Que pasa si es al revés?. Que pasa si el condenado es él. Si por arte de algún genio maligno el campo magnético protector de ideas prevalece sobre mi vecino y yo, al ser el ser humano más cercano a él (solo nos divide una pared) me convierto en la destinataria de chispazos que en realidad no me corresponderían. Es una posibilidad. Y a aquí es donde llega el momento de descubrir mi carácter.
Soy de esas que piensa que las ideas son fruto del azar, que es un don con el que nacemos. O soy de las que cree que ser escritora es un trabajo de esfuerzo, tenacidad, y perseverancia, un trabajo como cualquier otro, en el que la genialidad se alcanzaría sin raya del culo, y largos kilómetros de papeles impregnados de tinta y cayos en los dedos.

….

Si la primera opción llevara el número 1 y la otra el 2 yo diría que soy ½ , un 50/100, La mitad de una torta. Seguiré sentada en esta silla, pero también invocaré a genio maligno para que siga alimentando el campo magnético del vecino. Ya me había encariñado un poco con eso de formular ideas.