martes, 2 de octubre de 2007

chispazos


No he escrito nada en una semana, me he sentado relajada delante del teclado, de la hoja en blanco, en pensado en las cosas de la vida que me absuelven de ser brillante, y también he pensado que esas que me harían serlo. Nada, solo líneas vacías, sólo palabras, no ideas. Pensándolo bien, la escritura no son palabras, ser escritora no es saber poner palabras en algún lado, ser escritora es formular ideas. Ideas que hoy no tengo.
Imagino que me rodea un campo magnético de esos que una no ve, pero que existen, y las ideas vienen volando de ese lugar de donde usualmente descienden (no será el tan platónico mundo de las ideas?) y este campo magnético hace de escudo protector de genialidad, y esos chispazos de locura rebotan. El chispazo rebota y se dirige a la cabeza más cercana.
Me imagino a mi vecino que probablemente este durmiendo en este momento (debido a la alta hora en que la articulo estos pensamiento) soñando tal vez en su cama, boca abajo, apoyando su peso sobre un colchón suave y familiar, sonriendo, pensando él entonces ideas que debería haber sido mías. En sueños debe sonreír con las disparatadas, de asustarse con las más lubres y debe inquietarse con las mundanas. Ojalá mañana las recuerde.
Pero talvez… Que pasa si es al revés?. Que pasa si el condenado es él. Si por arte de algún genio maligno el campo magnético protector de ideas prevalece sobre mi vecino y yo, al ser el ser humano más cercano a él (solo nos divide una pared) me convierto en la destinataria de chispazos que en realidad no me corresponderían. Es una posibilidad. Y a aquí es donde llega el momento de descubrir mi carácter.
Soy de esas que piensa que las ideas son fruto del azar, que es un don con el que nacemos. O soy de las que cree que ser escritora es un trabajo de esfuerzo, tenacidad, y perseverancia, un trabajo como cualquier otro, en el que la genialidad se alcanzaría sin raya del culo, y largos kilómetros de papeles impregnados de tinta y cayos en los dedos.

….

Si la primera opción llevara el número 1 y la otra el 2 yo diría que soy ½ , un 50/100, La mitad de una torta. Seguiré sentada en esta silla, pero también invocaré a genio maligno para que siga alimentando el campo magnético del vecino. Ya me había encariñado un poco con eso de formular ideas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gaba! me colgué mirando la foto y acordándome de ese momentísimo de lucidez en que las vi ahí, cada una en su hamaca-mundo... Y decido hacer un comentario justo ahora que, como vos en tu texto, me olvidé las ideas en el otro saco. Mejor te mando un beso GRANDE y te cuento que tus textitos me alegran las mañanas. TE SUPER QUIERO!
Let