domingo, 20 de abril de 2008

Yo también




Luego de haber retenido con sudor y sangre los párpados de Laura, él dijo “No puedo más”. Ella entonces sin poder evitarlo comenzó a lanzar un chorro verborrájico de lágrimas saladas. La casa se inundó completamente. Una gota de agua se deslizó con parsimonia por el contorno de su boca. Entre tanta agua no se notó que él también estaba llorando.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

He leído varias cosas aquí, todas poseen muchas sensibilidad e ingenio, es un placer.

Quijote dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Quijote dijo...

¡Niñita mendocina! Es un placer para mi alma leer tus palabras. Me encanta ir descubriendo cosas mia por medio de los otros.
Ud. Sabe lo que vale una lágrima, una lágrima tras otra, brotando de ese manantial ubicado en las ventanas de su alma... Ud. comprende cabalmente lo que es golpear el silencio de la humanidad mientras la penumbra del desconcierto ahoga nuestra existencia. Ud. Lo sabe muy bien, y lo más importante Ud. lo dice.

Sepa contar para lo que desee con este humilde lector de sus pensamientos.

¡Saludos Desde Ushuaia!

http://lapertenencia.blogspot.com

Anónimo dijo...

ok, muy bien, pero berborrájico suele ir, en rigor, como verborrágico. generalmente, claro.